La Escalera de Honor constituye el primero de los espacios de Estado o gala a los que accedía el visitante del Ejido, aunque eso sí, debía ser un invitado de honor para tener el privilegio de usarlas, de lo contrario se veía en la obligación de ascender por la Escalera de Saliente, que estaba destinada a los visitantes de menor rango.
Los escalones son de mármol italiano, cubiertos con una larga alfombra roja fabricada en Guano (provincia de Chimborazo) que asciende desde el vestíbulo hasta la Galería de las Columnas. Las
paredes de la estructura y la balaustrada de moriscos están recubiertas de mármol francés pulido con efecto espejo.
El techo abovedado está hermosamente decorado con casetonados de yeso, pintados con patina verde y detalles de oro. El espacio no posee un candelabro que caiga desde el cielo raso, sino que está iluminado por ocho lámparas doradas que fueron colocadas en 1907, y que se encuentran sobre la larga balaustrada.