Salón del Cielo



Ubicado en el extremo oeste de la Galería de las Columnas, este salón toma su nombre del gran fresco de 300 metros cuadrados que adorna el techo, obra de Luis Salguero en 1860, y que representa una alegoría de la conexión divina que se supone tenía la monarquía con el mismo Dios, de quienes eran representantes en la tierra para guiar el destino de sus pueblos.

 

Las tres lámparas que penden del techo son consideradas las más hermosas del palacio, cada una compuesta de siete mil piezas de cristal de Bohemia, con una altura de tres metros y un peso de 800 kilos, fueron un regalo del emperador Napoleón III en 1865, cuando Quito decidió apoyar el proyecto de monarquía mexicana que auspiciaba Francia.

 

La paredes están decoradas con figuras de instrumentos musicales en estuco dorado. En el extremo oeste pueden apreciarse tres balcones a modo de mezzanine, lugar en el que se colocaba la banda musical que amenizaba los bailes imperiales, y que nos recuerda el propósito con el que este espacio fue diseñado. Tiene acceso directo a la loggia occidental, que suele ser sumada al espacio en los meses de verano para aprovechar la espectacular vista que este balcón techado ofrece de los jardines posteriores.

 

En la actualidad este salón es usado principalmente para ceremonias de recibimiento de mandatarios extranjeros, así como recepciones tradicionales, una de las más famosas la que el Gobierno ofrece en Navidad a los cuerpos diplomáticos asentados en el país.

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